Todas las medidas experimentales vienen afectadas de una cierta imprecisión inevitable debida
a las imperfecciones del aparato de medida, o a las limitaciones impuestas por nuestros sentidos que
deben registrar la información. El principal objetivo de la denominada teoría de errores consiste en
acotar el valor de dichas imprecisiones, denominadas errores experimentales. Dado que el valor de
las magnitudes físicas se obtiene experimentalmente por medida (bien directa de la magnitud o bien
indirecta, por medio de los valores medidos de otras magnitudes ligadas con la magnitud problema
mediante una fórmula física) debe admitirse como postulado físico el hecho de que resulta
imposible llegar a conocer el valor exacto de ninguna magnitud, ya que los medios experimentales
de comparación con el patrón correspondiente en las medidas directas, viene siempre afectado de
imprecisiones inevitables. De este modo, aunque es imposible encontrar en la práctica el valor
"cierto" o "exacto" de una magnitud determinada, no hay duda de que existe, y nuestro problema es
establecer los límites dentro de los cuales se encuentra dicho valor.