Las proteínas son cadenas polipeptídicas que se diferencian de los oligopéptidos en
el número de aminoácidos que contienen, en su carácter funcional y sobre todo en
que son el resultado del proceso de expresión genética. La conformación de una
proteína hace referencia a la disposición espacial de la misma, aspecto de vital
importancia, pues va a estar directamente relacionado con la función que
desempeñan. Según su conformación las proteínas pueden clasificarse en fibrosas
y globulares. Las proteínas fibrosas poseen las cadenas polipeptídicas ordenadas
de modo paralelo a lo largo de un eje, forman materiales físicamente resistentes e
insolubles en agua, siendo elementos básicamente estructurales como por ejemplo
la α-queratina del pelo, la fibroina de la seda o el colágeno de los tendones. Por su
parte, las proteínas globulares, están constituidas por una o varias cadenas
polipeptídicas plegadas de modo que puedan adoptar una conformación esférica o
globular, desempeñando diferentes funciones.